¿POR QUÉ CASARSE?
Las uniones matrimoniales están gobernadas básicamente por las siguientes motivaciones:
El amor, la necesidad de amparo, el interés y los mandatos de la vida comunitaria.
La vida en pareja constituye una manera de supervivencia de apego con un otro garante de protección y compañía.
Se denomina amor a distintos estados de atracción y de deseo hacia un semejante. Pasión, encandilamiento, enamoramiento pasajero, obsesión amorosa, deseo sexual, anhelo espiritual por el semejante, interés de autoconservación.
El amor puede ser sólo un nombre cuando no una fachada.
En su solo nombre acoge componentes afectivos tales como: admiración, ansia de poder, deseo de huida del hogar familiar, deseo de procrear, ternura. Estos componentes están sujetos a procesos de transformación.
Clases de amor: el auténtico, el erótico puro y el amor-sufrimiento.
El amor que posteriormente se instala está sujeto a pruebas de aceptación de lo imperfecto ajeno y propio, de la renuncia y la negociación de deseos opuestos, bajo la dirección del principio de realidad.
Muchas elecciones de pareja están comandadas por una combinación entre amor y deseo de poder. La seguridad económica, el acceso al poder a través de una unión ventajosa, la gratificación narcisista por conquistar a una persona de prestigio social
Tres formas de amor, según Bataille:
El amor de los cuerpos
El de los corazones
El sagrado. El primero es el más simple. Se alcanza el amor sagrado donde hay sublimación con el prójimo.
La sexualidad, el deseo y el bienestar encuentran un punto de intersección.
Interés, supervivencia y temor a la soledad son los ingredientes del deseo de pareja.
El enaltecimiento del matrimonio funciona como un organizador de la sociedad en familias. Establecer una familia apacigua las ansiedades existenciales frente a la transitoriedad de la existencia.
En la promesa de un hijo se gesta una ilusión mayor, un proyecto de transmisión .
El hecho de nacer en el seno de una familia sana es un hecho muy afortunado.
¿POR QUÉ NO CASARSE?
La presión social y el clamor de la especie ordenan a cada miembro a formar familia y/ o a perpetuarse.
Algunas motivaciones para no casarse son:
Deseo de soledad,
Elección madura de un estilo de vida y el no deseo de hijo.
El no casarse conlleva una buena dosis de libertad individual que facilita el desarrollo del potencial creativo personal.
Su pareja simbólica puede ser un grupo de amigos, una actividad laboral, unan investigación, una tarea altruista, una sucesión de compañias eróticas.
La sexualidad se sublima o encauza en algunas de las actividades arriba señaladas.
El sujeto psíquico no es todo sexual. Existen espacios de otro orden que obedecen a parámetros vitales diferentes. No siempre consolidar una pareja y criar hijos es señal de madurez mental.
En hijos que padecieron divorcios patológicos de sus padres, el temor a repetir una experiencia de sufrimiento y de provocar ese dolor a sus propios hijos funciona como freno que hace fracasar las relaciones amorosas.
¿POR QUÉ DIVORCIARSE?
La mala calidad de vida en común,
Las infidelidades, el quebrantamiento de las reglas convenidas par la vida en común, la intolerancia, la asimetría dominante como paciencia vrs. Egoísmo, descalificación vs expresiones de cuidado, permiten predecir un próximo divorcio.
Intención de emprender nuevos caminos más satisfactorios, exigen un acto de divorcio. Hay pretextos nimios para justificar el divorcio.
Las ansiedades de la edad media que se va desvaneciendo el atractivo sexual promueven el impulso al divorcio y a emprender una nueva etapa de vida.
Los elementos que impulsan al divorcio son:
El deseo de explorar otros espacios vitales,
La necesidad de romper con un clima familiar difícil,
El salvar a los hijos de ambientes enfermantes.
¿POR QUÉ NO DIVORCIARSE?
Los elementos que mantienen unidas a las parejas infelices se pueden citar:
Por el goce de las interrelaciones sufrientes,
La necesidad de castigo,
La fantasía de refugio,
Los contratos de conveniencia,
La tentación de poder,
De ascensión social o económica,
La crianza de los hijos y la fobia a quedar solo/a.
Se elige quedar unidos en función de una seguridad a futuro.
Los motivos para no divorciarse pueden agruparse en cuatro grupos:
1- Por amor y deber hacia la familia : tradición, sacrificio, mandato religioso, responsabilidad parental.
2- Por temor a la soledad. Algunos sólo se deciden a separarse cuando han encontrado a otra con quien reorganizarse.el miedo al cambio desactivan los intentos de divorcio.
Se considera impotente para llevar adelante un cambio significativo en su vida.
3- Por intereses económicos y sociales. La supervivencia, la comodidad, la pereza, las estrategias de la vida, el temor al cambio, la seguridad material, la codicia e incluso la cobardía, son motivos suficientes para nao divorciarse.
4- Por tolerancia y sabiduría.
La pareja tolera la crisis y no fuerza una decisión. Extreman los apoyos antes de emprender un camino sin retorno. Les unen los recuerdos y los deseos de salvar la estructura familiar. La crisis se convierte en una oportunidad para corregir las distorsiones vinculares.
El perdón de las traiciones y las heridas infligidas mutuamente transita caminos afines a la sabiduría. La pareja ensaya una nueva apuesta, un eco de aquel juramento público y privado que los unió en el pasado.
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