CÓMO ABORDAR CON LOS HIJOS LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES
Tesis : Es preferible para la estabilidad emocional de los hijos unos padres separados, pero felices, que unos padres juntos, pero sin ninguna relación de amor”.
Antítesis : ¿No será mejor luchar para prevenir una posible separación, tomando los medios que muchos toman y no necesitan llegar a la ruptura, dados los efectos que ello produce en la pareja y en los hijos?
-¿Qué tan cierto resulta que, una nueva unión, lleva a la felicidad personal, de la pareja y de los hijos, que quedaron en el camino?
Síntesis: La que considere su conciencia ilustrada.
1- Realidad de la familia , hoy.
Nuevos valores éticos y morales, con nuevas estructuras y dinámicas sociopolíticas y culturales. Ello provoca grandes cambios en todos los ámbitos de la vida y en especial en la estructura familiar.
“Hasta que la muerte nos separe”, ya murió y la resignación y paciencia se agotaron.
Hoy las parejas deciden romper y empezar una nueva vida por separado, con el costo personal, económico y familiar, que ello conlleva.
La separación de los padres tiene consecuencias serias para todos y en especial para los hijos.
Judith Wallerstein, estudiosa de las rupturas familiares afirma:
“ El divorcio no es un trauma emocional pasajero, sino que se convierte en el factor determinante de los sentimientos, actitudes y crecimiento de la persona. Afecta a la personalidad, a la capacidad de confiar, a las expectativas en las relaciones con otras personas y a la capacidad de adaptarse a cambios.”
Dr. Deb Huntley, otro estudioso del tema: “Los hijos del divorcio tienen más probabilidades de experimentara problemas de conducta, más síntomas psicológicos, rendimiento académico más bajo, mayores dificultades sociales y autoestima, más baja que los niños de familias intactas”.
2- El proceso de separación: Factores a tener en cuenta.
Cualquier divorcio o separación es difícil y doloroso, para la pareja y para los hijos, afectando a todas las áreas de la vida. Provoca una ruptura con el pasado y crea incertidumbre para el futuro.
Genera un nuevo universo al que hay que acomodarse lo más rápidamente posible, con las dificultades que ello entraña, en especial para los hijos pequeños.
La separación provoca un duelo emocional y que necesita una gran sensibilidad de los adultos para que los hijos los superen sin traumas y sin secuelas.
Factores a tener en cuenta en la separación:
-Analizar la propia realidad de la pareja antes de la separación. Se acepta universalmente la afirmación de que es menos dañino para los hijos una buena separación que una mala convivencia.
-Les remito a la tesis, antítesis y a la síntesis personal que cada uno pueda hacer.
-Los niños prefieren unos padres juntos, aunque peleones, que unos padres separados.
-Cuanto más pequeños sean los hijos , más sufren ante una ruptura de los padres.
-Los malos ejemplos que, por otro lado reciben los hijos de sus padres, peligra la construcción de una imagen positiva del otro sexo, con lo que conlleva efectos para sus futuras relaciones sentimentales: miedo, desconfianza, rechazo…
-Habría que pensar si la separación es el menor de los males, para todos.
Otros factores importantes a considerar:
-Cómo gestiona la pareja su propio proceso de separación. Afrontar la separación con madurez, armoniosa, civilizada, evitando grandes enfrentamientos, descalificaciones…
-El papel que juegan los hijos va a ser fundamental para que la separación sea lo menos traumática posible. No utilizar los hijos para beneficio propio, enfrentándoles a la expareja.
-Apropiarse de los hijos movidos por el odio , el resentimiento, la venganza..
-Limar asperezas fuera del alcance de los hijos, sin involucrarlos en la separación.
-Tener en cuenta la edad y madurez del niño, ante la separación.
3- Relaciones habituales de los hijos/as tras la separación.
-Se sienten muy desorientados, sobre todo en los primeros momentos. No entienden lo que está ocurriendo. Todo su universo familiar se viene abajo, produciendo un gran vacío.
Sentimientos de tristeza, inseguridad, ansiedad, rabia, miedo, culpabilidad .
Los padres deben hablar claramente de lo que sucede para que poco a poco se adapten a su nueva situación. Mas no todos reaccionan de la misma forma.
Algunas reacciones comunes de los hijos:
. De uno a tres años :
Lo pasan muy mal. No entienden lo que pasa. sienten miedo, pesadillas nocturnas, se orinan en la cama, sienten ansiedad.
.Entre 3 y 6 años:
No entienden lo que es una separación. Se autoculpabilizan de la ausencia de uno de los padres. Se vuelven o muy obedientes o muy rebeldes. Tienen miedo de ser abandonados. Trastornos en alimentación y conductas regresivas.
. Entre 6 y 9 años:
Aparecen sentimientos de rechazo, fantasean con la reconciliación. Rabia , tristeza, nostalgia. Lucha de afectos por el padre o la madre.
.Entre 9 y 12 años :
Sentimientos de vergüenza por el comportamiento de los padres. Cólera o rabia hacia el que tomó la decisión de romper. Intento de reconciliar a los padres.
. Durante la adolescencia:
La separación puede causar problemas éticos y fuertes conflictos entre la necesidad de amar al padre y a la madre y la desaprobación de su conducta.
Les provoca una madurez acelerada; el adolescente adopta el papel del progenitor ausente. Una conducta antisocial: no acata normas, desobedece, aparecen conductas como robo, consumo de alcohol, drogas…
4- Algunos consejos y orientaciones para los padres.
Juegan un papel esencial y de su comportamiento va a depender el nivel de afectación de los hijos.
-Explicar a los hijos con claridad lo que está ocurriendo y la decisión que se ha tomado, según la edad de los hijos. Esta información solo deben darla los padres.
-No dejarles lugar a la duda o a la fantasía de unan posible reconciliación. Es mejor dejar claro que es una decisión definitiva. Ello ayudará a una más rápida y real adaptación a la nueva situación.
-Aclararles que en esta decisión los hijos no son en nada responsables.
-Demostrarles que tanto el padre como la madre, les seguirán queriendo y apoyando en todo.
-Evitar las riñas y disputas en presencia de los hijos.
-Evitar que los hijos tengan que tomar partido por uno o por otro. Ellos siguen necesitando de los dos.
-Facilitar los encuentros con uno y otro. Respetar arreglos.
-Evitar descalificaciones de la otra parte.
Procurar que los hijos sufran el mínimo de cambios en subida diaria : domicilio, horarios, amigos, colegio.
-Ser comprensivos ante reacciones que pudieran tener: enuresis, regresiones, agresividad, bajo rendimiento escolar…
-No tratar de compensarlos con cosas materiales.
-Informar al colegio de la nueva situación familiar, para una mejor comprensión y orientación del hijo.
Si después de seis meses o un año se detectan conductas anómalas, o síntomas alarmantes, no debemos dudar de consultar a un especialista para que valore la situación y proporcione el apoyo necesario.
La "practicidad" de un sistema social tendiente al hedonismo lleva a aparente soluciones lógicas de conveniencia.
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